Cuando una persona entra a un supermercado, cientos de productos compiten
para llamar su atención desde las góndolas. Conozca los secretos que esconde el
envase para convertir la oportunidad de exposición en compras concretas. La
opinión de los expertos.
Cuando un consumidor
ingresa a un supermercado (o cualquier tipo de local), se encuentra con cientos
de productos que compiten en las góndolas intentando captar su atención.
Muchos pueden pensar
que se trata de simples estantes en los que se ubican las distintas opciones,
pero las empresas tienen muy en claro que allí se dirime una batalla
importante. La gran cuestión para toda marca es: “¿Cómo logro que el cliente me
elija frente a las otras posibilidades?”.
Es por eso que nada es
al azar: cualquier detalle mínimo se convierte en un arma que apunta
directamente a los sentidos de las personas.
Son muchos los
aspectos que se deben tener en cuenta, pero sin dudas una de las cuestiones
clave es recordar que el recorrido de los consumidores por el supermercado
suele ser muy veloz. Si se tiene esto presente, se entiende por qué es
necesario poner “toda la carne al asador” en este momento.
Es que, con tiempos
cada vez más acotados, los argentinos tratan de resolver las compras de modo
expeditivo, a fin de conseguir rápidamente aquello que buscan.
“El tiempo de impacto
es muy corto y las empresas tienen sólo algunos segundos”, advirtió en este
sentido Federico Poscek, director creativo de la agencia Bridger Conway.
Son instantes que
resultan decisivos: cada segundo vale oro y debe ser aprovechado cuidadosamente
para obtener la tan preciada atención del cliente.
La importancia de un
“buen envase”
Atractivo, funcional y simple: esas son las características básicas que, según los expertos consultados por iProfesional.com, debe tener todo buen envase.
Atractivo, funcional y simple: esas son las características básicas que, según los expertos consultados por iProfesional.com, debe tener todo buen envase.
¿Por qué es tan
importante? Porque generar una buena primera impresión es la mejor puerta de
entrada para una marca a la hora de poner su mercadería en exhibición.
Mariano Fernández
Madero, director de la Asociación Argentina de Marketing (AAM), lo explicó
claramente: a través del packaging, “lo que se tiene que lograr es que el
producto se venda por sí sólo”.
En la misma línea,
Máximo Rainuzzo, presidente del Cono Sur de Interbrand, agregó que el envase es
fundamental por tres motivos:
• Es una poderosa
herramienta de venta.
• Es la primera expresión del posicionamiento de la marca en el mercado.
• Influye directamente en el comportamiento del consumidor al desencadenar la compra y generar lealtad.
• Es la primera expresión del posicionamiento de la marca en el mercado.
• Influye directamente en el comportamiento del consumidor al desencadenar la compra y generar lealtad.
Por este motivo, para
el experto, es necesario desarrollar “una comunicación consistente, poderosa y
diferente desde el primer instante”.
Compitiendo con
“nombres instalados”
Las marcas que ya cuentan con un cierto reconocimiento tienen una clara ventaja por sobre el resto. Pero aquellas que buscan posicionarse en la mente de los consumidores también tienen en las góndolas una oportunidad de crecer.
Las marcas que ya cuentan con un cierto reconocimiento tienen una clara ventaja por sobre el resto. Pero aquellas que buscan posicionarse en la mente de los consumidores también tienen en las góndolas una oportunidad de crecer.
Respecto de este
punto, Fernández Madero reconoció a iProfesional.com que “el espacio de góndola
es muy chico y si se comparte con firmas más conocidas, el lugar que se les
otorga a los productos es aún menor”.
Es por eso que
potenciar su uso resulta más necesario todavía para “las empresas que están
creciendo distinguirse a través del packaging”.
La idea básica sería intentar
“seducir” al cliente a través de los ojos. Y para ello se pueden aprovechar
atributos tales como los colores, los tamaños, la ubicación y el estilo.
En la misma línea,
Poscek resaltó que la pelea entre las marcas en el supermercado es la más “feroz”
de todos los puntos de venta ya que “la competencia allí está al lado,
demasiado cerca”.
Como mencionó el
experto, eso hace que llamar la atención sea aún más fundamental para poder
vender. Pero para ello, primero hay que conocer el medio en el que la empresa
se mueve.
Investigar el mercado
y la competencia
La elección del envase adecuado es un proceso complejo, que exige tener en cuenta una gran cantidad de variables. Por eso, los expertos consultados por iProfesional.com coinciden en que el primer paso siempre es realizar una investigación de mercado.
La elección del envase adecuado es un proceso complejo, que exige tener en cuenta una gran cantidad de variables. Por eso, los expertos consultados por iProfesional.com coinciden en que el primer paso siempre es realizar una investigación de mercado.
En este sentido,
Fernández Madero recomendó “hacer un recorrido por los supermercados para ver
qué se ofrece y qué quiere el público”.
Y aclaró: “Es
conveniente no sólo diseñar desde la computadora, sino acercarse directamente a
las góndolas”.
Uno de los beneficios
de conocer el mercado en detalle es la posibilidad de observar con atención los
envases que utiliza la competencia. Éste no es un tema menor: siempre es útil
“mirar a las otras marcas para ver cómo uno se puede diferenciar de ellas”,
indicó el especialista.
En este marco,
aconsejó estudiar cuáles son los colores que eligen otras firmas y buscar tonos
diferentes ya que, “si no, el consumidor puede pensar que se trata de una copia
de una empresa grande”.
Una visión 360°
El análisis de mercado es sólo el inicio del proceso de elaboración de un packaging ideal. Luego se inicia una segunda etapa, más enfocada en el producto que se quiere vender y en el target al que está dirigido.
El análisis de mercado es sólo el inicio del proceso de elaboración de un packaging ideal. Luego se inicia una segunda etapa, más enfocada en el producto que se quiere vender y en el target al que está dirigido.
En este punto, Poscek
señaló a iProfesional.com que es conveniente tener una “visión 360°, en la cual
se evalúen los costos, las características del producto, así como también las
de la cultura en la cual se va a implementar ese envase”.
Si bien este tema
puede parecer a primera vista un detalle, es necesario prestarle la debida
atención, ya que desde la forma hasta el color, cada punto del packaging debe
ser adecuado a las normas sociales del mercado en el cual se busca ingresar.
En este sentido, el
experto fue tajante: “Si no se contemplan las necesidades de dicha cultura, el
envase no va a funcionar”.
El mensaje asociado al
color
Un aspecto no menor es la elección del color para el packaging. En este sentido, Poscek advirtió que “hay que pensar en los tonos socialmente aceptados”.
Un aspecto no menor es la elección del color para el packaging. En este sentido, Poscek advirtió que “hay que pensar en los tonos socialmente aceptados”.
Y otra cuestión que
cabe preguntarse es “¿qué colores conviene utilizar de acuerdo con el producto
que se quiere instalar?”.
Poscek, Rainuzzo y
Adrián Pierini, diseñador gráfico y director general creativo de Pierini
Partners, mencionaron algunos ejemplos:
-Negro: transmite
categoría y es utilizado para productos Premium. Sin embargo, hace algunos
años, este color comenzó a aplicarse también para los envases de algunos
snacks.
-Violeta o colores brillantes: ambos son los preferidos para las marcas que venden chocolates o golosinas.
-Blanco: al igual que el negro, transmite elegancia y se utiliza para mostrar una cierta categoría.
-Colores flúor: se aplican principalmente para aquellos productos que apuntan al segmento adolescente. Por el contrario, no suelen ser elegidos para el rubro alimentos.
-Azul: genera sensación de neutralidad, formalidad, racionalidad y misterio.
-Rojo: produce un fuerte atractivo para el ojo. Es un estimulador del apetito, transmite dinamismo y está ligado al imaginario de la seducción, la pasión y el peligro. Se utiliza, por ejemplo, para los lácteos con mucho contenido energético.
-Amarillo: comunica energía, naturalidad y alegría.
-Violeta o colores brillantes: ambos son los preferidos para las marcas que venden chocolates o golosinas.
-Blanco: al igual que el negro, transmite elegancia y se utiliza para mostrar una cierta categoría.
-Colores flúor: se aplican principalmente para aquellos productos que apuntan al segmento adolescente. Por el contrario, no suelen ser elegidos para el rubro alimentos.
-Azul: genera sensación de neutralidad, formalidad, racionalidad y misterio.
-Rojo: produce un fuerte atractivo para el ojo. Es un estimulador del apetito, transmite dinamismo y está ligado al imaginario de la seducción, la pasión y el peligro. Se utiliza, por ejemplo, para los lácteos con mucho contenido energético.
-Amarillo: comunica energía, naturalidad y alegría.
Rainuzzo recomendó
usar los colores como un complemento para apelar a las “claves visuales de la
marca”. Se trata de aquellas características o rasgos que sostienen la
comunicación de la empresa y que subrayan sus aspectos diferenciadores.
Cabe destacar que no
todo envase debe apelar a que los colores predominen. Muchas marcas optan por
el “transparente”. Se trata de una opción que suele funcionar para las firmas
que quieren dar una imagen “casera”.
Un ejemplo clásico son
los comestibles, que muchas veces optan por un packaging que permita ver el
contenido, o bien, incorporan en el packaging una foto de un plato preparado
con ese producto.
Tips para el éxito
Una vez que se investigó el mercado, se analizó la competencia y se evaluaron los aspectos visuales, ya se está en condiciones de poner a prueba el packaging elegido.
Una vez que se investigó el mercado, se analizó la competencia y se evaluaron los aspectos visuales, ya se está en condiciones de poner a prueba el packaging elegido.
Consultado sobre este
tema por iProfesional.com, Adrián Pierini señaló que algunos puntos a
considerar son:
-Que la forma y
contenido logren crear una referencia inmediata al imaginario que el consumidor
tiene del producto. Es decir, que cuando el público se acerque a la góndola,
identifique enseguida lo que desea comprar, gracias a la imagen que ofrece.
-Que posibilite un lucimiento importante de la marca. El envase tiene la capacidad de establecer un contacto con el cliente y el primer paso para ello es que la firma transmita en su envase el siguiente concepto: “Ésta soy yo y garantizo la calidad de mi contenido”.
-Que la gráfica logre establecer claros niveles de información. Aquí los elementos visuales tienen la responsabilidad de la comunicación.
-Que sea memorable y contribuya a la repetición de la acción de compra. Un packaging no sólo debe generar deseo de consumo, sino que debe crear una experiencia positiva al momento de uso.
-Que tenga capacidad de traslado y exhibición. La morfología de un envase debe, además de ser vistosa, cumplir los objetivos de resistencia, funcionalidad y capacidad de stock. Un pack ideal es aquel que potencia las ventas y minimiza costos.
-Que posibilite un lucimiento importante de la marca. El envase tiene la capacidad de establecer un contacto con el cliente y el primer paso para ello es que la firma transmita en su envase el siguiente concepto: “Ésta soy yo y garantizo la calidad de mi contenido”.
-Que la gráfica logre establecer claros niveles de información. Aquí los elementos visuales tienen la responsabilidad de la comunicación.
-Que sea memorable y contribuya a la repetición de la acción de compra. Un packaging no sólo debe generar deseo de consumo, sino que debe crear una experiencia positiva al momento de uso.
-Que tenga capacidad de traslado y exhibición. La morfología de un envase debe, además de ser vistosa, cumplir los objetivos de resistencia, funcionalidad y capacidad de stock. Un pack ideal es aquel que potencia las ventas y minimiza costos.
Respecto de este
último punto, cabe considerar el uso de diferentes tamaños. En este sentido,
Fernández Madero aconsejó “tener tres” tipos, ya que “el chico siempre es un
anzuelo para el mediano, y éste, a su vez, funciona como una tentación para el
grande”.
De todos modos, el
experto admitió que “el que más se vende suele ser el del medio”.
Errores a evitar
Así como una buena impresión abre el camino al contacto con nuevos clientes, equivocarse en la elección del packaging también trae sus consecuencias.
Así como una buena impresión abre el camino al contacto con nuevos clientes, equivocarse en la elección del packaging también trae sus consecuencias.
Por eso, los expertos
consultados por iProfesional.com enumeraron algunos de los principales errores
que las marcas deben evitar a la hora de seleccionar los envases para sus
productos.
Estos son:
-No tener en cuenta la
estrategia de marca y pensar el packaging sólo en términos creativos o de
gusto.
-Pretender comunicar demasiado. En el caso de los envases, a veces menos es más.
-Seguir a rajatabla los códigos de la categoría del producto y su envase y perder la oportunidad de diferenciarse.
-Guiarse sólo por lo estético, sin prestar atención al trasfondo funcional y de costos que existe en la implementación de un packaging.
-Considerarlo como un simple objeto funcional, ignorando el factor emocional.
-Pretender comunicar demasiado. En el caso de los envases, a veces menos es más.
-Seguir a rajatabla los códigos de la categoría del producto y su envase y perder la oportunidad de diferenciarse.
-Guiarse sólo por lo estético, sin prestar atención al trasfondo funcional y de costos que existe en la implementación de un packaging.
-Considerarlo como un simple objeto funcional, ignorando el factor emocional.
En relación con lo que
hay que rescatar a la hora de pensar en el envase, Pierini resume que “hoy más
que nunca, los equipos de marketing saben que, lejos de la simple conservación
de un producto, un packaging ideal es aquel que logra motivar la acción de
compra. Para ello, función y mensaje deben ir de la mano”.
Y concluyó: “Cuando
forma, contenido y estética gratifican al consumidor, la reventa está
asegurada”.
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